Conceptualistas en la sala de clases
El accionar subversivo y reivindicativo que afloró y se impuso en gran parte del territorio chileno, y que se ha extendido en el tiempo durante más de un mes, gatillado por un descontento generalizado frente a un fracasado modelo impuesto desde la dictadura impulsada por Pinochet en la década de los setenta, no ha dejado fuera a ningún protagonista de la esfera social. La escuela y su contexto, se ha visto perjudicado por un intento de normalización, a partir de una falsa ilusión mediática que desplaza la experiencia activa del contingente que detonó la bullada crisis social: el estudiantado. Es clara la intención de anular los movimientos estudiantiles, la colectividad, la discusión y el encuentro. Sumando a estos factores, todo su enfoque creativo: el arte de la conversación está muerto y pronto lo estarán casi todos los que saben hablar”1.
En el contexto escolar, específicamente la asignatura (artes visuales) que desarrolla las habilidades creativas, expresivas y de comunicación, raramente no ha estado al servicio de la colectividad y menos de la comunicación. Desde el currículo nacional, poco actualizado y generado desde la perspectiva de entes poco conocedores del contexto escolar, se impone la reproducción de clásicos, adornos para festividades, etc. con el objetivo de una calificación que permita inflar un promedio final para posibilitar una promoción. Este tipo de producción transforma al alumno en un actor que toma la dinámica creativa como un pasatiempo que premia el talento y la técnica, desplazando las reales intencionalidades e inquietudes contextuales de los alumnos. El arte en la sala de clases y como primer acercamiento a la cultura de los jóvenes, debiese ser considerada como un arma de acción, ya que, a la temprana edad de los 10 años ya existen nociones sobre el acontecer nacional y los impactos que la represión produce en sus círculos cercanos.
Atrevámonos a calificar a los alumnos como artistas -desde la noción de Joseph Beuys de que cualquier hombre puede ser un artista- éstos deben trabajar para que su mensaje sea escuchado y no archivado, hay discursos particulares en cada producción, y se hace necesaria la participación del receptor para establecer vinculos relcionales y contextuales. El trabajo artístico debe actuar como un modo de existencia, acción frente y dentro de lo real2.
Los jóvenes escolares, muchas veces menospreciados por la ridícula suposición de su nulo entendimiento del acontecer nacional, se han organizado en múltiples propuestas creativas y de difusión, amparadas en diversas disciplinas artísticas: grupos muralistas, batucadas, teatro callejero, etc. todo con la consigna de poner la creación al servicio de la sociedad, premisa ya utilizada por artistas latinoamericanos en la década de los setenta y ochenta. Por mencionar algunos referentes: en Chile el grupo CADA y en Argentina el movimiento Tucumán Arde.
Alumnos de octavo básico, de un colegio de Recoleta (nombre de la institución que omitiré) han indagado en uno de los movimientos de vanguardia que más ha perdurado durante el siglo XX y la actualidad, nos referimos al Arte Correo.
Valiéndose de la oficina postal, el Arte Correo se erige como una disciplina artística, creativa y de intercambio, que tiene sus raíces referenciales en las primeras manifestaciones visuales y literarias de los artistas de Vanguardia y Neovanguardia, de este último particularmente en el grupo Fluxus bajo la tutela del artista norteamericano Ray Johnson, y que, aprovechando su efectividad se replica en Latinoamérica asumiendo una postura comprometida y solidaria frente a episodios de represión que empañaron nuestra escena.
Sin embargo, la escasa historia de esta disciplina nos dice que artistas de Latinoamérica, compartiendo un complejo escenario de excepción, adoptan la práctica del intercambio postal como estrategia de denuncia frente a los hechos que opacaron la libertad de las sociedades. El Arte Correo no solo consideró el intercambio epistolar entre dos artistas, sino que ámpliamente formuló redes y circuitos colectivos imponiendo uno de los emblemas de la vanguardia histórica, nos referimos al proyecto en base a la idea de “arte y vida”3.
Los alumnos y alumnas del no mencionado establecimiento educacional de Recoleta, entendiendo esta dinámica de intercambio, reflexionaron a partir de una relevante idea que el artista Uruguayo Clemente Padín (referente del arte correo) tiene sobre esta disciplina:
Sin duda, el hecho de nacer en América Latina en plena zafra de dictaduras volcó al Arte Correo a la lucha por las libertades (lo mismo ocurrió en los países bajo la influencia bolchevique). De allí la vocación de lucha y denuncia del Arte Correo latinoamericano que perdura aún hoy4.
Los y las jóvenes estudiantes, hermanados por el mismo territorio con el artista uruguayo, advierten en nuestro país una situación que debe ser denunciada. Realizan hallazgos en gráficos, escogen y disponen en formatos postales de 10×15 cm. una variedad de técnicas en las cuales se identifica el collage cubista y el ready made duchampiano. Para los jóvenes, la acción de elegir y descontextualizar el objeto es determinante en el acto artístico. Los alumnos, ya consagrados como pequeños artistas componen sus obras con agresividad, agresividad que permita un realismo crítico y testimonial el cual determina un desenmascaramiento de la realidad social con sus contenidos conflictivos y clasistas5.
Al Igual que los otrora artistas del Fluxus de la década de los sesenta y setenta, los jóvenes no trabajan bajo parámetros estéticos, simplemente no los comprenden ni les inquietan. En suma, ellos cuestionan que sus creaciones sean moneda de cambio, expulsan la idea de que el arte se entienda como una mercancía carente de una función emancipadora.
Arte Correo, desde la perspectiva de los jóvenes, se considerará como una disciplina relacional, en donde el proceso de configuración de obra y la interacción de subjetividades es más potente que un producto final. Comprenderemos la acción postal como el trabajo colectivo ejecutado por muchas manos y mentes.
Para que entendamos esta práctica comunicacional y creativa: funciona mediante un sistema de “convocatorias” que consisten en un llamado abierto a hacer contribuciones, por medio del correo postal. Éstas son organizadas bajo un tema de interés que pueda captar la mayor cantidad de participantes: se escoge el tema y se difunde mediante un afiche que dé a conocer los datos postales de recepción de contribuciones, soportes a utilizar, técnicas y fechas límites. Así, quien convoca queda a la espera de las contribuciones hasta la finalización del plazo pactado, para luego exponer públicamente las obras recibidas y dar documentación a cada participante para extender la red. Cabe mencionar algunos aspectos, o más bien reglas básica y mínimas con las cuales trabaja el Arte Correo: no venta de obras, no jurado de admisión, no rechazo de obras, libertad de medios y formas, corrientes expresivas y de género.
Así, hemos dado con una interesante convocatoria de Arte Correo impulsada desde Italia, que lleva por tItulo against repression (contra la represión) ver imagen. Convocatoria que motivó a los estudiantes de los octavos básicos a participar con sus contribuciones, manifestando su idea de represión que está viviendo nuestro país.
Los jóvenes artistas, a pesar de las circunstancias que intentan normalizar el caos social, desarrollan su trabajo, canalizando sus ideas en los pequeños formatos que recorrerán el planeta para denunciar lo que a su modo de entender la realidad consideran injusto. Tienen plena convicción con su compromiso social, por un momento de sus cortas vidas serán agitadores que transformarán su producción en un instrumento de liberación.
Desde la gráfica como medio base, los nuevos conceptualistas de las salas de clases se apropian de ciertos mecanismos que permiten mestizajes interesantes y una resolución operativa de la imagen mucho más rápida; es decir, procedimientos técnicos y conceptuales que respondan a formas contestatarias, más directas y que, simultáneamente, respondan a la contingencia de lo vivenciado, validando nuestro interés en enviar pronta opinión visual.
Estos nuevos conceptualistas confluyeron armónicamente entonces en el Arte Correo como plataforma: fue y es un hacer no elitista sino masivo, no selectivo sino inclusivo, no mercantilizado sino al alcance de todos. Artistas correo como Guillermo Deisler, Clemente Padín, Dámaso Ogaz, Edgardo Antonio Vigo por mencionar algunos, hoy alumnos, jóvenes con inquietudes comunes frente a un panorama opacado por la mentira y la opresión, tienen un factor común: una idea de arte no centrado en el producto artístico, sino en el proceso de construcción de relaciones, colectividad y denuncia.
Contribuciones realizadas por jóvenes de octavo básico a la convocatoria de Arte Correo against repression Italia.
Bibliografía
- Baudrillard, Jean. Cultura y Simulacro. Barcelona: Kairós, 1978.
- Bourriaud, Nicolás. Estética relacional. Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2006.
- Camnitzer, Luis. Didáctica de la liberación. Arte conceptualista latinoamericano. Montevideo: Casa editorial HUM, 2008
- Debord, Guy. La sociedad del espectáculo. Buenos Aires: La marca, 1995.
- García Torres, ítalo. 2017. Arte correo: dos casos de estudio del Cono Sur y el desarrollo del proyecto AUMA.Santiago, Chile: Universidad de Chile – Facultad de Artes. http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/145836
- Goldsmith, Kenneth. Escritura no creativa. Gestionando el lenguaje en la era digital. Buenos Aires: Caja negra, 2015.
- Marchan Fiz, Simon. Del arte objetual al arte de concepto. Madrid: Akal, 1986.
Notas al pie
- Guy Debord, La sociedad del espectáculo (Buenos Aires: La marca, 1995) pag. 27.
- Nicolás Bourriaud, Estética relacional (Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2006) pag. 12.
- “El proyecto arte vida contempla el desafío que asumieron artistas y estilos inaugurales a inicios del siglo XX, con la finalidad de que lo artístico (artista, obra, espectador) sea la vida misma. Ejemplo de esto es la acción de los dadaístas en la elección y aceptación del objeto cotidiano como obra. El intento del proyecto radica, en que la práctica artística debe estar en concordancia con el espacio tiempo real (mundano), y además con la práctica social. Arte vida debe ser lo artístico en alguna sección de la realidad, sea por denominación o por intervención en esa realidad”. Hal Foster, El retorno de lo real, la vanguardia a finales de siglo (Madrid: Akal, 2001) pag. 7.
- Padín, conversación. Citado desde García Torres, ítalo. 2017. Arte correo: dos casos de estudio del Cono Sur y el desarrollo del proyecto AUMA. Santiago, Chile: Universidad de Chile – Facultad de Artes. http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/145836
- Marchan Fiz, Del arte objetual al arte de concepto, pag. 67.